Tras el
boom inicial de
Image, empezaron a entender que sus cimientos quizá no eran lo suficientemente sólidos. En tan sólo un año, habían pasado a ser la tercera compañía en cuanto a volumen de ventas y títulos como
Spawn se hicieron con el primer puesto durante numerosos meses por encima incluso de las series emblema de
Marvel o
DC. Pero salvo en casos concretos, el aspecto fundamental de
Image era la estética rompedora por encima de las historias. Era un paso lógico que lo rompedor dejara de serlo, sólo por mera repetición. No significó esto la ruina de
Image dado que seguía gozando de buena salud económica, pero si significó el paso de editorial estrella a editorial competente a secas.
La moda empezaba a pasar y sabemos que en el mundo
friki existe la costumbre de levantar ídolos para luego tirarlos, así que era el turno de los fundadores de
Image. El
fandom comenzó a reaccionar con críticas enfervorecidas a lo que antes adoraban. Recordemos además que fue durante la segunda mitad de los 90 cuando se empezó a extender Internet y con ello los primeros foros comenzaron a armar ruido. Fueron los años de las polémicas.
Lejos de evitar las críticas centrándose en mejorar su trabajo, los autores de
Image no hicieron sino agravarlas entrando en un periodo de continuas polémicas. Así
Todd McFarlane ya no sólo no se encargaba de ningún comic, sino que con la compra de los derechos de la editorial
Eclipse y el incumplimiento de un trato par con
Neil Gaiman le pusieron en el punto de mira
(Aquí empezaría el lio con Miracleman que dura hoy día).
Rob Liefeld renovó su contrato con
Image sólo para que no le echaran después de unas disputas con
Mark Silvestri y algunos de los otros fundadores. Los chismorreos cuentan que
Liefeld intentó llevarse a
Michael Turner del estudio de
Silvestri, algo que no le sentó muy bien al amigo
Mark. Ni su astuta treta evitaría la salida por la puerta pequeña de su
Maximum Press en 1996, que se convertiría ya como independiente en
Awesome Entertainment.
Larsen, pese a seguir fiel y constante a su
Savage Dragon tuvo una serie de sonadas polémicas con
Peter David (Algunos de los But I Digress de la época son impagables. Revisad vuestras Dolmen). Silvestri optó por llevarse su
Top Cow ante la disputa con
ROB! pero volvió cuando éste ya se había ido.
Pese al éxito de nuevas franquicias de
Wildstorm como
Gen 13,
Jim Lee no hacía demasiado ruido. Esto provocó la más absoluta de las sorpresas cuando se llevó
Wildstorm a
DC en 1999. Visto desde la distancia, ¿creéis que hubiera tenido en Image más éxito del que está teniendo en
DC? Un tipo listo este
Lee.
Valentino se fue diluyendo cada vez más como creador para centrarse en la edición.
La otra palabra clave para esta segunda mitad de los 90, además de polémica, fue dispersión.
TODOS los autores salvo el tenaz
Erik Larsen dejaron sus respectivas series. Es más sucedió lo impensable: dos de ellos volvieron al redil de
Marvel del que habían renegado. Así nos trajo
Heroes Reborn y
Marvel les dio a los estudios de
Rob Liefeld y
Jim Lee un universo de bolsillo para que jugaran a su antojo con algunos de los emblemas de
la casa de las ideas. Incluso
Erik Larsen volvió a colaborar con
Marvel con series como
Nova o
Defenders.
Una vez pasados estos acontecimientos
Image dejó de ser aquella editorial que comenzó arrasando con todo. La novedad pasó y la fuerza arrolladora de los
"siete terribles" se fue tornando en experiencia y una mayor sofisticación hasta llegar a la
Image de hoy. Con ella terminaremos la semana que viene
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