martes, abril 12, 2005

Fantaseando sobre DC: Adam Strange

La semana pasada por fin hemos podido ver EL COMUNICADO. Ahora, toca dejar volar las ideas hacia la pregunta de qúe nos gustaría ver publicado. En mi caso particular lo tengo muy claro. Antes que la sonadísima Identity Crisis, antes que las bibliotecas DC, antes incluso que Fallen Angel, yo me quedo con una sola petición: La serie limtada de Adam Strange de Andy Diggle y el soberbio Pasqual (Pascal, como le ponen en los tebeos yankis) Ferry.

Para el no conozca muy bien a este eterno secundario, Adam Strange era un arqueólogo que en una de sus expediciones fue transportado mediante el fantástico rayo Zeta al planeta Rann. Su vida dio un giro de 180 grados y con su mochila jet, su pistola, su traje rojo y su aleta en la cabeza se convirtió en un héroe cósmico, el defensor del planeta Rann, el Flash Gordon de DC. Sin embargo, el efecto del rayo Zeta era de tiempo limitado y cuando éste se agotaba Strange volvía a la tierra. No tardaba, no obstante, en acceder a otros rayos Zeta hasta que acabaría por establecerse en Rann.

Este mismo mes termina la serie de 8 números en al que Adam Strange vuelve por la puerta grande de la mano de Andy Diggle y Pasqual Ferry.
La premisa inicial de la serie parte con el protagonista en Gotham City, la tierra. Hace tiempo que ningún rayo Zeta hace aparición y empieza a caer en una depresión como no podríamos imaginar en este tipo de personaje. Para mejorar las cosas, aparece Superman para comunicarle que el sol de Rann se ha convertido en una supernova llevándose todo por delante. Con esta premisa tan poco "Flashgordoniana" se inicia esta serie de ciencia ficción donde no todo es lo que parece.

Andy Diggle se encarga de un guión donde sabe equilibrar a la perfección la ciencia ficción más fantasiosa con el relato realista y sucio. Además, nos da una nueva perspectiva del personaje al ponerlo en situaciones que no son las convencionales y, sin embargo, el espíritu con el que fue creado sigue ahí. No es una de esas actualizaciones que sólo conserva el nombre del original.

La labor de Diggle en esta obra es excelente, pero ni su calidad le impide quedar totalmente ensombrecido por el arte de Pasqual Ferry. Los que seguimos de cerca la carrera de este autor, celebramos la llegada a los comics americanos de éste, pero al verlo se notaba que Ferry no se encontraba en su ambiente. Parecía como si no dibujara lo que quería, sino lo que le pedían. Pese a su indudable calidad, daba la impresión de que no se encotraba a gusto con lo que hacía. Esta impresión decrecía a medida que fue realizando más trabajos, pero ha sido aquí, en Adam Strange en la serie en la que, como el sol de Rann, ha explosionado finalmente como el pedazo de artista que es.

A diferencia de sus compañeros Carlos Pacheco y Salvador Larroca, Ferry no había crecido artísticamente con los superhéroes, cosa que se notaba en su estilo. Esto hizo que la primera impresión del público lo inclinara inicialmente a un segundo plano. En Adam Strange, Ferry se encuentra en su terreno: la ciencia-ficción. Aquí podemos ver como desata por completo su pasmosa imaginación y habilidad para el diseño y las arquitecturas. Cuando un artista basa su obra en el diseño es realmente díficil conseguir una narrativa fluida e interesante, pero Pasqual Ferry supera con creces todas las espectativas.

Creo que ha quedado bastante claro que me encanta Pasqual Ferry y que me compraría este comic aunque lo guionizara Scott Lobdell u otro peor. Sin embargo, es Diggle el guionista, creador entre otras de Los Perdedores, uno de los mejores guiones de acción de los últimos años. Estamos ante un comic cuya experimentación gráfica seduce al primer vistazo, cosa a la que contribuye ampliamente Dave McCaig, el colorista. Y es que por una vez los editores yanquis han sabido darle a Ferry lo que se merece.

Os dejo con previews de los cuatro primeros números:
Adam Strange nº1Adam Strange nº3
Adam Strange nº2Adam Strange nº4