jueves, mayo 03, 2007

Invencible: Cosas de la vida

Guión: Robert Kirkman
Dibujo: Ryan Ottley
Editorial: Aleta Ediciones
Formato: 168 págs.
Precio: 15 €

No me parece muy arriesgado decir que Robert Kirkman es el gran hallazgo de los últimos años en cuanto a guión de comics de superhéroes se refiere. Pese a que quizá haya gozado de mayor difusión con su trabajo para Marvel en Ultimate X-Men o Marvel Zombies, el bombazo que lo ha llevado definitivamente al estrellato, es en obras como los Muertos Vivientes, el incomprensiblemente inédito Battle Pope o este Invencible donde podemos ver de lo que realmente es capaz.

Ajeno a la corriente revisionista del héroe que han llevado a cabo en esta década cabezas visibles como Mark Millar o Warren Ellis, Kirkman nos ha demostrado que no hace falta remodelar nada en los superhéroes de toda la vida, tan sólo hacen falta unas cuantas ideas frescas y mucho cariño al género.

Invencible nos cuenta las andanzas de Mark Grayson, un adolescente hijo del Superman de su universo que descubre sus poderes y se sumerge de lleno en el mundo de los superhéroes. Es cierto que estamos de nuevo ante el clásico de Stan Lee de “superhéroes con superproblemas” y que no deja de ser una nueva vuelta de tuerca al tópico de alternar la acción superheroica con los problemas adolescentes, pero creedme que en manos de Robert Kirkman y Ryan Oatley funciona como si acabaran de crear el concepto. No estamos ante una idea original, pero si ante una serie de planteamientos frescos y resueltos con inusual habilidad para ofrecernos uno de los comics más entretenidos del mercado.

En el tomo que nos ocupa, Mark inicia una nueva vida tras ciertas desavenencias familiares que no puedo contar sin destripar nada (lee los tomos anteriores, no te arrepentirás). Ahora se alternan sus misiones para el gobierno con su nueva vida en la universidad, la relación con su novia Amber, sus amigos, las conspiraciones villanescas, la situación de su madre o hasta las aventuras de Allen el Alien. Todo un cúmulo de subtramas manejadas con el saber hacer necesario para hacerlas no sólo inteligibles, sino de lo más interesante.

Me resulta tan extraño como difícil explicar como un comic con un esqueleto tan visto puede darnos tantos nuevos enfoques y sobre todo cómo el equipo creativo consigue que convencernos de que este tipo de tebeo no sólo no está gastado, sino que aún está por dar lo mejor.

Pero aunque podría seguir hablando de las maravillas de Kirkman, este tebeo se quedaría muy cojo sin lo sencillos, pero increíblemente efectivos dibujos de Ryan Oatley. Comenzó siguiendo la pauta gráfica del creador gráfico de la serie, Cory Walker, pero poco a poco va tomando una identidad propia a la vez que advertimos como este joven dibujante no deja de mejorar. Su estilo de línea clara y sin apenas mancha negra no sólo aporta gran parte de la abundante dosis de frescura que nos ofrece Invencible, sino que guía la mirada del lector de manera tan sutil que resulta raro que hablemos de un dibujante de tan poca experiencia. Quizá no podamos ponerle a la altura de los grandes maestros de la narrativa gráfica, pero domina a la perfección los trucos del oficio: los puntos de vista, las expresiones, la secuenciación… Echadle un vistazo a los bocetos que trae la edición de Aleta parea saber de qué hablo.

Estamos pues, ante un equipo que aunque quizá no pase a la historia nos dejan claro que los trucos del género de superhéroes sólo están gastados si no se saben manejar y que se compenetra como si fueran un solo autor.

Lo que tenemos en definitiva es un tebeo perfectamente disfrutable para alguien que quiera introducirse en los superhéroes, pero que el aficionado de toda la vida disfrutará, si cabe, aún más.

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