miércoles, diciembre 15, 2004

Inaugurando Reseñas

Cómo no, no podía pasar este blog sin algún post reseñil de vez en cuando. Dicho pues, haremos un repaso de mis últimas de lecturas de cabecera (si bien algunas han sido de cabezada). Vamos con ellas:


Crisis en Tierras Infinitas (Guión: 7, Dibujo: 10, Conjunto: 9) Sí, ya sé que normalmente se reseñan novedades y no comics de hace 20 años, pero tenía la espina clavada de ser la única gran obra de los 80 que aún no había leido.

Marv Wolfman responde a mis espectativas como guionista, dadas otras obras suyas que he leido, pero no las supera como cabría esperar de su obra magna. Le falta, quizá, la brillantez de otras obras de la década (me abstendré de citar títulos que todos tenemos en la cabeza). No obstante, no se le puede reprochar en absoluto puesto que recae sobre sus hombros el peso de TODO el universo DC al completo. En manos de otro guionista menos competente que Wolfman, sin duda, no habría pasado a la historia como lo hizo.

Se echan en falta aún más páginas para profundizar en los efectos que tal catastrofe tiene sobre los personajes emblema de la editorial (no estaría mal otro recopilatorio con los números cross over de cada serie).

Del dibujo poco puedo decir sin desmerecerlo. George Pérez está soberbio. Es increible verle manejar composiciones con decenas de personajes en los que la vista no se pierde en ningún momento. Controla en cada momento qué es lo que el lector debe mirar y cuándo. Los experimentos narrativos (sobre todo los de situaciones simultaneas) están resueltos de forma magistral. En definitiva, en este tipo de comics multitudinarios, Pérez es el mejor haciendo lo que mejor sabe hacer.


Es en resumen, una obra enretenida, artesanalmente tejida y una delicia visual. Lo único que podría reprochársele sería igual el tener una leyenda aún más grande que la calidad de la obra, debido sobre todo a su valor histórico como patrón de todos los cross overs que vinieron después.

Barcelona (guión: 7, dibujo: 7, conjunto: 7) Kenny Ruiz sorprende con una obra dirigida principalmente al público femenino, según palabras del propio autor, lo que que me costó algún que otro chiste sobre mi virilidad cuando fui a que me lo firmara en Getxo (porque eran chistes, ¿no??). La historia de Cyan buscando su sueño como fotógrafa en Barcelona se lee sola. Sin grandes pretensiones, consigue relieve en los presonajes y al final del comic casi parece que los conoces y te quedas con ganas de más (¿habrá segunda parte?).

La parte gráfica destaca por una narrativa al servicio de la historia. Correcta pero sin grandes fuegos artificiales (salvo quizá un par de lardes en la escena del baile gitano y la de las entrevistas, donde Kenny muestra lo que es capaz de hacer). El pero (siempre tiene que haber un pero) es que el dibujo, aún teniendo un aire cartoon, se hace en ocasiones un poco rígido, quizá por las tintas. Es un pero, sin embargo que se olvida cuando pasas la tercera página y pasas a formar parte del circulo social de Cyan.


Daredevil nº56(Guión:4, dibujo:6, conjunto:4). Tras el empacho de Bendis, que ya empieza a empalagar a base de repetir fórmula, podría esperarse un respiro en la colección del cornudo con la llegada de David Mack, pero... bueno, que ya os esperais que mi critica no va a ser muy amable, ¿no?

Empezaremos por los dibujos, dado que es lo único de donde podremos sacar algo. Mack es un señor pintor y sus portadas son verdaderas joyas. No obstante, cundo lei el primer comic suyo que llegó por aquí (Kabuki) me pareció un experimento correcto, pero lleva toda su carrera repitiendo lo que era, como he comentado, un experimento. La técnica narrativa se hace tan soporífera como el guión. Una cosa es trabajar para el recopilatorio pero ¿alguien que lo haya leido se ha enterado de qué cuenta? Yo sí, y la respuesta es nada. Definitivamente, los señores de Panini no van a ver duro por los Daredevil que yo compre.



¡Uff! ¡Qué a gusto me he quedado!