No estoy seguro si es una debilidad personal o realmente
Ryan Sook se está convirtiendo en uno de esos autores de los que se hablará mucho en los próximos meses. Tras concluir la serie de
Zatanna (dentro de la saga de los Seven Soldiers morrisonianos), ha comenzado a publicar una de las nuevas series surgidas del
Decimation marveliano:
X-Factor con guión de
Peter David. Estos dos superventas probablemente lo convertirán en uno de los dibujantes del momento. Talento no le falta para ello, pero
Sook no es del todo un recién llegado como para hablar de revelación.
Ryan Sook comenzó como muchos en el terreno fanzinero. Así en la
Comic Con de San Diego se pudo ver su
Rock Hardson, que distribuían de forma gratuita. Debió llamar la atención de algún editor porque al año siguiente pudimos ver su primer trabajo publicado en el mundo del comic profesional:
Challengers of the Unknown #15. A partir de ahí vendrían algunos trabajos en
Superman: Man of Tomorrow,
Buffy the Vampire Slayer o
Dark Horse Presents, aunque su primera oportunidad como dibujante regular no llegaría hasta el 2001 con
The Spectre junto con
J.M. DeMatteis. Más tarde llegaría
AIDP: Las Tierras Huecas, donde jugará con los personajes del universo
Hellboy, que le iban como anillo al dedo, dado que por aquel entonces su estilo estaba muy fuertemente influenciado por el de
Mike Mignola. Más tarde vendrían
Arkham Asylum: Living Hell, Hawkman y Finalmente Zatanna y X-Factor.
Poco a poco se ha ido descolgando de la influencia de
Mike Mignola, hacia algo más cercano a
Adam Hughes o
Kevin Nowlan. Pese a todo esto, sus influencias ya no se quedan en el mimetismo absoluto de sus inicios sino que nos llevan a entrever lo que se perfila como un estilo personal, donde el volumen y los claroscuros son su mejor baza. No es un artista que llame la atención por su narrativa, aunque tampoco sufre de excesivas carencias. A buen seguro, narrar los tejemanejes lisérgicos de
Grant Morrison en
Zatanna (aunque no sea una de sus series más salidas de madre) le habrán curtido en este aspecto. Aún no he leído
X-Factor, pero tengo verdadera curiosidad por ver como funciona con un guionista con un estilo de secuenciación tan rotundo como el de
Peter David.
Para terminar, como siempre en estos monográficos, os remito a la
página web del autor con un completo
checklist y os dejo una pequeña galería para picar.
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