Solo nº2: Richard Corben
Estoy convencido de que este es uno de esos tebeos que compararán muchos de aquellos que no pensarían hacerse con un tebeo DC en lo que les restaba de vida y es que no se trata de un tebeo DC al uso, sino de un tebeo de Corben al uso. Pese a mis más de veinte años como lector de tebeos, Richard Corben fue un hallazgo tardío. La época dorada en la que las revistas como Totem, Cimoc, Zona, 84, Creepy, Dossier Negro o Comix Internacional eran las dueñas del mercado me pilló algo despistado. Además la temática, el tono o la presencia casi segura de algo de sexo hacía de estas revistas algo de lo que mis padres me mantendrían alejado, en favor de Vengadores y Spidermanes varios.
Así pues el primer acercamiento a la obra de Corben fue a principios de los noventa a través de la biblioteca municipal y los ejemplares que pude conseguir de las revistas antes citadas, sacados de amigos y conocidos de más edad. Todo este preámbulo sirve básicamente para dejar claro que no viví el "boom Corben" en su día y que si yo lo puede descubrir más tarde, cualquiera puede hacerlo.
Solo nº2 es una oportunidad de oro para hacerlo. Otros trabajos actuales del autor de Kansas como Banner, Hellbazer o Cage no le hacen justicia y sobre todo no muestran de verdad ese regustillo de lo que realmente era Richard Corben. En Solo recuperamos el pulso a las historias cortas, a las temáticas de siempre donde lo fantástico nos muestra lo mezquino que es lo real, a las mujeres imposiblemente voluptuosas y los hombres igual de imposiblemente hipertrofiados.
Las cinco historias de este volumen siguen distintas ambientaciones y géneros, pero todas comparten esa inclinación por lo fantástico propia del este autor. Si acaso sólo la última historia se sale mínimamente de lo que el Corben de hace años nos tiene acostumbrados. Esto es así dado que es la única historia que no escribe él mismo (sino John Arcudi) y es la única historia dentro del universo DC con El Espectro (en su encarnación de Jim Corrigan) como protagonista. Tantos años después demuestra que su estilo no pasa de moda y que puede ser disfrutado tanto por primera vez, como a través de la nostalgia.
Por eso, este es un tebeo indicado tanto para aquellos que ya conocían de largo obras como Bloodstar, Rowlf, Mundo Mutante, Rip in Time, Vic & Blood o Den, como para aquellos que tienen ahora la oportinidad de acercarse a ellas por primera vez.
Así pues el primer acercamiento a la obra de Corben fue a principios de los noventa a través de la biblioteca municipal y los ejemplares que pude conseguir de las revistas antes citadas, sacados de amigos y conocidos de más edad. Todo este preámbulo sirve básicamente para dejar claro que no viví el "boom Corben" en su día y que si yo lo puede descubrir más tarde, cualquiera puede hacerlo.
Solo nº2 es una oportunidad de oro para hacerlo. Otros trabajos actuales del autor de Kansas como Banner, Hellbazer o Cage no le hacen justicia y sobre todo no muestran de verdad ese regustillo de lo que realmente era Richard Corben. En Solo recuperamos el pulso a las historias cortas, a las temáticas de siempre donde lo fantástico nos muestra lo mezquino que es lo real, a las mujeres imposiblemente voluptuosas y los hombres igual de imposiblemente hipertrofiados.
Las cinco historias de este volumen siguen distintas ambientaciones y géneros, pero todas comparten esa inclinación por lo fantástico propia del este autor. Si acaso sólo la última historia se sale mínimamente de lo que el Corben de hace años nos tiene acostumbrados. Esto es así dado que es la única historia que no escribe él mismo (sino John Arcudi) y es la única historia dentro del universo DC con El Espectro (en su encarnación de Jim Corrigan) como protagonista. Tantos años después demuestra que su estilo no pasa de moda y que puede ser disfrutado tanto por primera vez, como a través de la nostalgia.
Por eso, este es un tebeo indicado tanto para aquellos que ya conocían de largo obras como Bloodstar, Rowlf, Mundo Mutante, Rip in Time, Vic & Blood o Den, como para aquellos que tienen ahora la oportinidad de acercarse a ellas por primera vez.
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