Orion opina: Getxo 2005
Bueno, para la mayoría el Salón de Getxo de este año ha pasado bastante desapercibido y la causa ha sido que Expocomic coincidía este año. Por muchos motivos que no vienen al caso, este año no he ido a Madrid. Además este blog comenzó su andadura con una crónica del Salón del Comic de Getxo hace casi un año. Así que aunque sólo sea a modo de autohomenaje, este año no podía faltar.
En esta edición tan sólo he asistido el viernes y el sábado, pero ya basta para hacerse una idea. El viernes era el día inaugural y la cosa estaba tranquila (a excepción de la zona otaku, para los que no parece existir esa palabra). Aún faltaban por llegar la mayoría de los autores, pero ya tuve la ocasión de conocer a Joe Kelly, aunque de un modo tirando a incómodo. He de reconocer que no es un guionista con el que tenga una especial afinidad, lo que unido a mis escasos recursos conversacionales en inglés dieron lugar a una situación algo tensa. De todos modos, he de reconocer que en ningún momento despegó la sonrisa de su cara y que fue amable, a pesar del poco pie que le di.
Ya que parecían haber guardado los platos fuertes para el sábado, el viernes fue el día elegido para hacer la compra (aprovechando que estaba allí el stand de mi librería habitual) y los stands y las exposiciones. Si habéis leído este post, ya os podéis figurar que salí de allí con las bolsas llenas y los bolsillos vacíos.
Las exposiciones de este año sobre Goomer de Ricardo y Nacho, Don Celes de Olmo, TOS y la dedicada a los samuráis no estaban mal pero he de reconocer que tampoco se lo curraron en exceso así que lo suyo era centrar la atención en los stands. Además de las consabidas librerías donde se podía llegar a encontrar alguna de esas joyas perdidas que tanto me gusta rebuscar, no faltaban atracciones como el stand de Trastane dedicado a espadas y demás parafernalia del estilo (más impresionante que cualquiera de las exposiciones) o el de maquillaje.
El sábado fue el día fuerte, tanto que tenía la necesidad de desdoblarme para estar a la vez en las charlas y las firmas. Al final el frikismo me pudo y tan sólo asistía a la charla ofrecida por Joe Kelly y Pasqual Ferry (moderada por Koldo Azpitarte y Jorge Ivan Argiz y traducida por Raúl Sastre). Aunque sea el tercer año que recibimos a Pasqual Ferry sigue siendo tan agradable escucharle como verle dibujar. De manera muy diplomática explicó su salida de DC argumentando retrasos y sugiriendo ciertas tensiones, pero sin descartar su vuelta a la editorial en el futuro.
Además ya he sumado a mi cuaderno de dibujos temático (Constantine) la obra de Fermín Solís, Albert Monteys, Pasqual Ferry, Carlos Ezquerra y Horacio Altuna (deberíais haber visto su cara cuando le pedí un Constatine). Para cuando tenga el cuaderno completo podéis estar seguros que podréis ver por aquí la colección que voy acumulando.
A modo de conclusión, el salón ha superado mis expectativas, pero este año no eran demasiadas. Quizá porque ya había oído que la cosa se había movido algo menos de lo debido. Hablando con unos y con otros la cosa es incierta. Los libreros no han colaborado tanto como en años anteriores dadas las trabas que se ha puesto a su ayuda. La organización se ve limitada por el ayuntamiento que es quien manda en última instancia. Y el ayuntamiento... pues eso, ya sabéis como son los ayuntamientos.
En resumen lo que le ha faltado a la edición de este año ha sido seguir creciendo como en años anteriores, Esperemos que la cosa no siga por ahí.
En esta edición tan sólo he asistido el viernes y el sábado, pero ya basta para hacerse una idea. El viernes era el día inaugural y la cosa estaba tranquila (a excepción de la zona otaku, para los que no parece existir esa palabra). Aún faltaban por llegar la mayoría de los autores, pero ya tuve la ocasión de conocer a Joe Kelly, aunque de un modo tirando a incómodo. He de reconocer que no es un guionista con el que tenga una especial afinidad, lo que unido a mis escasos recursos conversacionales en inglés dieron lugar a una situación algo tensa. De todos modos, he de reconocer que en ningún momento despegó la sonrisa de su cara y que fue amable, a pesar del poco pie que le di.
Ya que parecían haber guardado los platos fuertes para el sábado, el viernes fue el día elegido para hacer la compra (aprovechando que estaba allí el stand de mi librería habitual) y los stands y las exposiciones. Si habéis leído este post, ya os podéis figurar que salí de allí con las bolsas llenas y los bolsillos vacíos.
Las exposiciones de este año sobre Goomer de Ricardo y Nacho, Don Celes de Olmo, TOS y la dedicada a los samuráis no estaban mal pero he de reconocer que tampoco se lo curraron en exceso así que lo suyo era centrar la atención en los stands. Además de las consabidas librerías donde se podía llegar a encontrar alguna de esas joyas perdidas que tanto me gusta rebuscar, no faltaban atracciones como el stand de Trastane dedicado a espadas y demás parafernalia del estilo (más impresionante que cualquiera de las exposiciones) o el de maquillaje.
El sábado fue el día fuerte, tanto que tenía la necesidad de desdoblarme para estar a la vez en las charlas y las firmas. Al final el frikismo me pudo y tan sólo asistía a la charla ofrecida por Joe Kelly y Pasqual Ferry (moderada por Koldo Azpitarte y Jorge Ivan Argiz y traducida por Raúl Sastre). Aunque sea el tercer año que recibimos a Pasqual Ferry sigue siendo tan agradable escucharle como verle dibujar. De manera muy diplomática explicó su salida de DC argumentando retrasos y sugiriendo ciertas tensiones, pero sin descartar su vuelta a la editorial en el futuro.
Además ya he sumado a mi cuaderno de dibujos temático (Constantine) la obra de Fermín Solís, Albert Monteys, Pasqual Ferry, Carlos Ezquerra y Horacio Altuna (deberíais haber visto su cara cuando le pedí un Constatine). Para cuando tenga el cuaderno completo podéis estar seguros que podréis ver por aquí la colección que voy acumulando.
A modo de conclusión, el salón ha superado mis expectativas, pero este año no eran demasiadas. Quizá porque ya había oído que la cosa se había movido algo menos de lo debido. Hablando con unos y con otros la cosa es incierta. Los libreros no han colaborado tanto como en años anteriores dadas las trabas que se ha puesto a su ayuda. La organización se ve limitada por el ayuntamiento que es quien manda en última instancia. Y el ayuntamiento... pues eso, ya sabéis como son los ayuntamientos.
En resumen lo que le ha faltado a la edición de este año ha sido seguir creciendo como en años anteriores, Esperemos que la cosa no siga por ahí.
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