El Rastreador (Jiro Taniguchi)
Siempre he dicho que lo que me fascina de Jiro Taniguchi es que podría contarnos cómo va a comprar el pan cada mañana y mantener nuestro interés. El punto fuerte de este autor siempre ha sido el 'cómo' cuenta algo más que el 'qué' cuenta. Prueba de ello podemos encontrar en obras como El Caminante o El Olmo del Cáucaso. Es raro encontrar en España una obra de Taniguchi con una trama larga y elaborada (podemos exceptuar aquí su impresionante Barrio Lejano y quizá El Almanaque de mi padre).
Sin embargo, en El Rastreador encontramos otra de estas excepciones. El tomo que ha editado Ponent Mon nos cuenta una historia con todas las de la ley con su planteamiento, su nudo y su desenlace a lo largo de las 336 páginas del tomo. Es una obra que sorprende si se ha leído más material de este autor (entre lo que está editado en España) porque estamos ante un thriller. A grandes rasgos se trata de la búsqueda de una niña desaparecida en el centro de Tokio, pero la cosa tiene más tela.
La historia empieza en uno de esos lugares donde reina la calma y la introspección que tanto le gustan a Taniguchi: la montaña. De nuevo, aparece como un viejo gigante que casi se pudiera decir que tiene vida propia. Allí vive Shiga, alpinista experto y protagonista de la historia. Una antigua promesa le llevará a viajar a la ciudad para buscar a la hija desaparecida de un amigo fallecido. Shiga tendrá que aprender a moverse por un ambiente que se torna mucho más hostil que las grandes cumbres. Lo que parece una travesura se revela como un asunto mucho más sórdido y complejo y un sólo hombre tendrá que solucionarlo.
Así se nos van dando pistas que vamos completando a la vez que Shiga como en todo buen thriller. Lógicamente este tipo de historias tienen como ingrediente fundamental la trama, pero aún así podemos encontrar muchos de los ingredientes habituales de Taniguchi como esos primeros planos que nos dicen más que una conversación entera, esos escenarios que parecen un personaje más en una increíble labor de ambientación o el uso de los flashbacks.
Últimamente parece que vendo tebeos en vez de reseñarlos, pero es que llevamos un mes plagado de novedades interesantes, pero estamos ante una obra que si bien puede que no sea lo mejor del autor, contiene todos los aspectos básicos del autor y pese a ser argumentalmente más compleja es una de sus obras más asequibles (ojo, que no digo que el resto de su obra no lo sea) Si sois fans del Taniguchi de siempre, lo disfrutaréis sin duda. Si leísteis El caminante o alguna obra por el estilo y no os terminó de convencer, tenéis aquí un bonito thriller. Y sin nunca habéis leído nada de Taniguchi... pues eso que os perdéis si no le echáis un vistazo.
Sin embargo, en El Rastreador encontramos otra de estas excepciones. El tomo que ha editado Ponent Mon nos cuenta una historia con todas las de la ley con su planteamiento, su nudo y su desenlace a lo largo de las 336 páginas del tomo. Es una obra que sorprende si se ha leído más material de este autor (entre lo que está editado en España) porque estamos ante un thriller. A grandes rasgos se trata de la búsqueda de una niña desaparecida en el centro de Tokio, pero la cosa tiene más tela.
La historia empieza en uno de esos lugares donde reina la calma y la introspección que tanto le gustan a Taniguchi: la montaña. De nuevo, aparece como un viejo gigante que casi se pudiera decir que tiene vida propia. Allí vive Shiga, alpinista experto y protagonista de la historia. Una antigua promesa le llevará a viajar a la ciudad para buscar a la hija desaparecida de un amigo fallecido. Shiga tendrá que aprender a moverse por un ambiente que se torna mucho más hostil que las grandes cumbres. Lo que parece una travesura se revela como un asunto mucho más sórdido y complejo y un sólo hombre tendrá que solucionarlo.
Así se nos van dando pistas que vamos completando a la vez que Shiga como en todo buen thriller. Lógicamente este tipo de historias tienen como ingrediente fundamental la trama, pero aún así podemos encontrar muchos de los ingredientes habituales de Taniguchi como esos primeros planos que nos dicen más que una conversación entera, esos escenarios que parecen un personaje más en una increíble labor de ambientación o el uso de los flashbacks.
Últimamente parece que vendo tebeos en vez de reseñarlos, pero es que llevamos un mes plagado de novedades interesantes, pero estamos ante una obra que si bien puede que no sea lo mejor del autor, contiene todos los aspectos básicos del autor y pese a ser argumentalmente más compleja es una de sus obras más asequibles (ojo, que no digo que el resto de su obra no lo sea) Si sois fans del Taniguchi de siempre, lo disfrutaréis sin duda. Si leísteis El caminante o alguna obra por el estilo y no os terminó de convencer, tenéis aquí un bonito thriller. Y sin nunca habéis leído nada de Taniguchi... pues eso que os perdéis si no le echáis un vistazo.
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