miércoles, mayo 17, 2006

Marvel Knights: Spiderman nº1 al 12

En principio el propósito de la línea Marvel Knights era reunir a uno o varios de los personajes de la Casa de las Ideas con uno o varios autores punteros con una libertad creativa bastante amplia. Esto es lo que Mark Millar y Terry Dodson han hecho con los 12 primeros números de Marvel Knights: Spiderman. Los números posteriores (Reginald Hudlin y Billy Tan) aparecen desde este mismo mes en el tomo mensual del trepamuros y, la verdad, están mucho más centrados en la actual continuidad del personaje con lo que lo de Marvel Knights está un poco como de adorno.

Centrándonos en la etapa que Panini acaba de terminar de publicar, el balance no es todo lo satisfactorio que me hubiera gustado. Quizá mis expectativas eran demasiado altas o el personaje no era del todo adecuado para los autores, pero la calidad de esta etapa en general puede decepcionar.

Millar usa la 'táctica Jeph Loeb' de recorrer la galería de villanos del héroe en cuestión para meter cuantos más mejor y sin profundizar en ninguno de ellos (quizá el único con un poco más de cicha sería 'uno de los Venom' y no dura demasiado). La trama gira en torno al secuestro de Tía May y su búsqueda por parte de Spidey. El recurso del ser querido en apuros es todo un clásico y si el resto de la historia merece la pena casi deberíamos obviar su repetición, pero es que no es lo único que se repite. No diré quién es el malo detrás de todo, pero en cuanto lo sepáis no podréis evitar sentiros un poco engañados con esta historia que no aporta nada. Bueno... casi. Millar nos suelta una idea en este comic que es de lo más interesante: Normalmente cada héroe tiene su galería de villanos y casi siempre son los mismos ¿Se trata de una coincidencia o quizá algo más enrevesado? El asunto es que esta idea no es desarrollada con el suficiente detalle y ni siquiera sirve como excusa para la identidad del villano final. Una pena

El gran problema de Millar es que siempre ha basado su efectividad en la acción, los momentos dramáticos y las frases con impacto en el momento justo. Estos son los aspectos que, pese a todo, permiten que la lectura no se haga aburrida en ningún momento. Sin embargo, en el salto entre impacto e impacto y entre personaje y personaje es donde vemos uno de los puntos débiles de Millar, la caracterización de personajes. Hacía años que no veía un Peter neuras hasta lo extenuante. Su Mary Jane parece ser un arquetipo plano (aunque no por el dibujo de Dodson, entendedme) del 'puedo protegerme sola' que parece muy de moda. Los villanos no destacan más allá de los espectaculares rediseños de Terry Dodson y así continuaríamos. No estamos ante un mal comic, pero un equipo como el que lo firma podría haber hecho algo mucho mejor.

Comentaba hace unas líneas que uno de los puntos más acertados de la historia son los diseños de Terry Dodson para los personajes disfrazados. La práctica totalidad de los personajes (héroes o villanos) que pasan por sus manos son realmente impresionantes y las escenas de acción en las que se entremezclan, mejores aún. El punto flojo viene cuando debe dibujar algo normal que termina resultando acartonado y artificial (si bien hay que reconocer que en este aspecto ha mejorado desde sus inicios).

Lo dicho que un héroe que trata de acercarse a lo humano y cotidiano como Spiderman puede no ser lo más adecuado para dos autores de 'superproducción'. Quizá con un Superman...