lunes, diciembre 18, 2006

El viaje de Gasparetto o el material del que están hechas las historias

"Creo que personas como el señor Gasparetto son poco menos que imprescindibles aquí y ahora. Por que dedican su vida a imaginar mundos donde podemos refugiarnos"

Estas palabras brotan de la boca de uno de los personajes de la última obra de Luis Durán, que nos trae la línea Siurell de Dolmen y creo que ningún crítico o aficionado podría usar unas mejores para sintetizar no sólo El Viaje de Gasparetto, sino el conjunto de la obra de este guipuzcoano.

Un fotógrafo bastante descreído y bala perdida es asignado a una sensacionalista sección de segunda de la publicación donde trabaja, debido a sus continuos despropósitos. Se le asignará al Sr. Luchino, el periodista encargado de dicha sección, dedicada a los fenómenos paranormales. A partir de ahí emprenderán un viaje a Mesana, un pequeño pueblo donde las cosas no son lo que parecen... o sí.

Luis Durán vuelve a hacernos caminar en la fina línea entre la realidad y la ficción, de un modo que no puedo evitar que me recuerde a la novela de Daniel Wallace (y posterior película de Tim Burton) Big Fish. Lo importante no es discernir qué es verdad y que es mentira y si acaso hay una verdad es aquel mensaje subyacente en cada historia, real o no. hay veces en que una historia es más grande que la misma verdad.

El autor se sirve del recurso de presentarnos la historia bajo el prisma de Vincenzo, un personaje que hace las veces del lector, un lector que llega escéptico ante la fantasía que se nos va servir. Una vez la hemos degustado a fondo lo importante será el sabor y el recuerdo de éste más que el propio manjar y del mismo modo que Vincenzo, nos daremos cuenta de que Durán nos ha vuelto a engañar pero que, curiosamente, casi lo preferimos así.

Cada obra de este guipuzcoano avanza un paso más, prueba nuevos trucos (como el de los espacios en blanco en ciertas páginas) y desarrolla sus artes narrativas en hacia una única función, la del cuentacuentos. Para Durán está claro que lo esencial es contar una historia y cada imagen y cada palabra están pensados para ello. Por eso no veremos un solo dibujo dedicado al lucimiento gráfico puro, por eso sus imágenes girarán en torno al expresionismo de los cuentos infantiles y por eso guión y dibujo dejarán de ser dos partes y hablaremos de narrativa gráfica.