miércoles, marzo 22, 2006

La Edad de Oro

JSA: LA EDAD DE ORO
Planeta
Guión: James Robinson
Dibujo y tinta: Paul Smith

Sé que los propósitos, las épocas en que fueron hechas y las técnica no tienen absolutamente nada que ver, pero leyendo La Edad de Oro no puedo evitar acordarme de Watchmen (otra vez). Tal vez sea el tono decadente. O tal vez sea porque estos son los personajes que podría haber utilizado Moore, ya que son ciertamente parecidos. Incluso la paleta de color tiene cierta semejanza.

Sin embargo se trata de dos historias muy diferentes. En La Edad de Oro, James Robinson y Paul Smith nos cuentan en un Otros Mundos un relato donde lo principal es otro concepto de héroe. Ya no habla del fin del superhéroe de finales de los 80. Nos habla de que ocurrió con los héroes de los 30 y 40 bajo la óptica de principios de los noventa. Esa distancia les permite establecer un paralelismo entre el personaje-superhéroe y el propio género.

Es normal que si habla del ocaso de los héroes y estando relativamente cerca en el tiempo la obra del barbudo Moore, tengan ciertas semejanzas de superficie. No obstante, en La Edad de Oro, la decadencia no es sino un reto para un nuevo comienzo que será la edad de plata aprovechando el episodio negro del McCarthismo para crear su motivación.

Los superhéroes, no lo olvidemos, son un producto de la guerra credo para ensalzar los valores patrióticos y todas esas zarandajas. En la historia de este comic sucede con los personajes de la historia lo mismo que sucedió con el género. Sin Guerra, los superhéroes ya no hacían falta. No tenían sentido... o eso parecía. Llegó la Edad de Plata y nos dimos cuenta de que quizá eran algo más que simples símbolos patrióticos. Los superhéroes podían ser personajes tridimensionales, podían ser personas. Y esto es precisamente lo que hacen la hábil pluma de Robinson y el increíble pincel de Paul Smith.

Las personas detrás de las máscaras se sentirán inútiles y, como personas, llegarán a reacciones inesperadas (como las que se ven en este comic). Pero Robinson sabe que no son personas normales, son superhéroes y en algún momento sus debilidades tendrán que quedar de lado. Por ello introduce una gran amenaza que los vuelva a convertir en lo que fueron, pero sin que olvidemos que también han sido vulnerables. Esto es el héroe de la edad de plata, su evolución.

Cambiando un poco de tercio, si Paul Smith nunca ha sido una estrella ha sido por su manía de hacer las cosas bien. Siempre se ha ocultado discretamente bajo una narración medida y un trazo sobrio y casi mecánico que no pretende lucimiento alguno, sino contar una historia. Lo lúgubre, lo épico, lo íntimo... todo consigue su función pero sin llamar la atención.

¿Cuantos de vosotros habéis hablado de La Edad de Oro de James Robinson? ¿Y cuántos habéis hablado de La Edad de Oro de Paul Smith? Lo innegable es que la historia es la estrella de este tebeo, pero quizá no lo fuera sin la labor de fondo de Smith.

Ya es vuestra segunda oportunidad para leerla. No la dejéis pasar.