Coleccionable X-Men nº1
En la mayoría de las revistas y libros con ciertos visos de 'oficialidad' lo normal será leer que la época dorada de los X-Men se sitúa en la época de Claremont y Byrne, culminando e la saga de Fénix Oscura. Quizá sea por ser lector de la era Forum que aunque considero ésta una de las grandes historias Marvel de todos los tiempos, no es la etapa que guardo con mayor cariño.
Comencé a leer la Patulla-X en su número octavo (aunque me fui haciendo con todo de un modo u otro) con aquel esplendoroso enfrentamiento con el Dr. Muerte y Tormenta desatada. Desde entonces la verdad es que aunque hubo etapas realmente geniales con Paul Smith o un John Romita Jr insuperable, es este nuevo comienzo, esta etapa de Australia que ahora comienza a editar Panini, la que sin duda me dejó mejor sabor de boca.
Coincidió en un punto justo en el que los personajes habían dejado de crecer, de definirse. Habían llegado a la madurez y Claremont los conocía como si fueran sus hijos. Leer cómo hablaban era escuchar a personas de carne y hueso y la naturalidad con la que el mejor Claremont los manejaba le daba la oportunidad de centrar sus esfuerzos en la creación de nuevos conceptos como Genosha o Inferno y personajes como Gambito o los Cosechadores. Además el nuevo inicio que supuso la saga La caída de los mutantes favoreció la libertad necesaria para estas nuevas creaciones. Este principio coincidió con los últimos tiempos de la estupenda gestión de Ann Nocenti en calidad de editora. A partir del Uncanny X-Men #233 entraría Bob Harras como nuevo editor y la serie comenzaría a encaminarse hacia un mayor propósito comercial mediante multitud de cross overs como Inferno, Proyecto Exterminio y los que vendrían. Sin embargo Claremont estaba en demasiado buen momento para que eso afectara a su calidad y podemos disfrutar aquí de algunas de las mejores historias de la serie.
En el apartado gráfico contábamos con un Marc Silvestri que quizá adolecía de una cierta falta de solidez, pero a cambio contaba con una frescura y una capacidad de esquematización que parece habérsele olvidado hoy día. Por si fuera poco esa pequeña carencia se veía suplida con creces con un apropiadísimo entintado a cargo de Dan Green.
Durante este periodo además, contamos con varios números dibujados por un Rick Leonardi, del que sorprende no ver su nombre entre los grandes. Y si tenemos en cuenta además que en muy breve contaremos con un fabuloso Jim Lee en su mejor época, me parece vamos bien servidos.
Hagamos repaso de lo que se nos viene encima: los Cosechadores, El Nido, Genosha, Inferno, Molde Maestro, La tierra salvaje, Actos de Venganza, Gambito, Proyecto Exterminio, Los Shi'Ar, El Rey Sombra, Magneto... Si no lo habéis leído no sabéis lo que os estáis perdiendo.
Comencé a leer la Patulla-X en su número octavo (aunque me fui haciendo con todo de un modo u otro) con aquel esplendoroso enfrentamiento con el Dr. Muerte y Tormenta desatada. Desde entonces la verdad es que aunque hubo etapas realmente geniales con Paul Smith o un John Romita Jr insuperable, es este nuevo comienzo, esta etapa de Australia que ahora comienza a editar Panini, la que sin duda me dejó mejor sabor de boca.
Coincidió en un punto justo en el que los personajes habían dejado de crecer, de definirse. Habían llegado a la madurez y Claremont los conocía como si fueran sus hijos. Leer cómo hablaban era escuchar a personas de carne y hueso y la naturalidad con la que el mejor Claremont los manejaba le daba la oportunidad de centrar sus esfuerzos en la creación de nuevos conceptos como Genosha o Inferno y personajes como Gambito o los Cosechadores. Además el nuevo inicio que supuso la saga La caída de los mutantes favoreció la libertad necesaria para estas nuevas creaciones. Este principio coincidió con los últimos tiempos de la estupenda gestión de Ann Nocenti en calidad de editora. A partir del Uncanny X-Men #233 entraría Bob Harras como nuevo editor y la serie comenzaría a encaminarse hacia un mayor propósito comercial mediante multitud de cross overs como Inferno, Proyecto Exterminio y los que vendrían. Sin embargo Claremont estaba en demasiado buen momento para que eso afectara a su calidad y podemos disfrutar aquí de algunas de las mejores historias de la serie.
En el apartado gráfico contábamos con un Marc Silvestri que quizá adolecía de una cierta falta de solidez, pero a cambio contaba con una frescura y una capacidad de esquematización que parece habérsele olvidado hoy día. Por si fuera poco esa pequeña carencia se veía suplida con creces con un apropiadísimo entintado a cargo de Dan Green.
Durante este periodo además, contamos con varios números dibujados por un Rick Leonardi, del que sorprende no ver su nombre entre los grandes. Y si tenemos en cuenta además que en muy breve contaremos con un fabuloso Jim Lee en su mejor época, me parece vamos bien servidos.
Hagamos repaso de lo que se nos viene encima: los Cosechadores, El Nido, Genosha, Inferno, Molde Maestro, La tierra salvaje, Actos de Venganza, Gambito, Proyecto Exterminio, Los Shi'Ar, El Rey Sombra, Magneto... Si no lo habéis leído no sabéis lo que os estáis perdiendo.
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