Hulka: Mujer verde soltera...
A estas alturas ya debéis estar hartos de leer reseñas positivas sobre este tomo y sé que llego algo tarde, pero qué leches ¡a mí también me ha gustado! Y cuando un tebeo te lo hace pasar así de bien, te apetece hablar de él, ¿no?
Hulka es uno de los mejores ejemplos de cómo hasta el más vacío de los conceptos iniciales se puede convertir en un gran personaje con la única ayuda de unas cuantas buenas ideas y autores que sepan manejarlas. Nació en los años setenta, en una época en que por varios motivos se pusieron de moda las versiones femeninas de algunos de los estandartes de la Casa de las Ideas. Con unos inicios casi hasta absurdos (como de manera bastante cachonda se encargar de recalcar en el tomo), hubo que esperar hasta que John Byrne la acogiera bajo su ala protectora y le diera algo de vida con alguna de esas genialidades con las que hace tiempo que no nos sorprende. A la marcha de Byrne, el personaje volvería a caer en picado... hasta ahora. Y todo por culpa de Dan Slott.
Dan Slott es una de esas revelaciones tardías. Con más de quince años de profesión, ha sido en el último par de años cuando se ha comenzado a hablar de él. Comenzó casi como encasillado en historias cortas para cabeceras como Marvel Comics Presents o distintos anuales y especiales de títulos como New Warriors, Punisher, X-Men o X-Force. Llegaría a hacer algunos números completos de What if? o Night Thrasher e incluso una miniserie de Doc Samson en 1996. Pero seguiría sin despegar del todo, con lo que hizo algo asó como cambiar de especialidad y orientó su carrera a las adaptaciones de series animadas como Mighty Mouse, Ren & Stimpy o Looney Tunes y finalmente Superman Adventures, Justice League Adventures o Batman Adventures, de cuyo trabajo hemos podido ver alguna muestra en España. Los números recopilados en Hulka: Mujer verde soltera... le darían una mejor posición entre el público y llegarían G.L.A, Spiderman/Antorcha Humana o La Cosa.
Hulka se presenta con un planteamiento sencillo, pero contundente. Se trata de historias cortas y sin grandes repercusiones, pero plagadas de guiños y buenas ideas. Hoy por hoy esto es un logro, algo así como ir a contracorriente: nada de decompressive storytelling, nada de grandes cliffhangers (sí, un comic sin spoilers) y unos cuantos de esos cariñosos homenajes tan de moda hace algunos años.
La descocada y "salvaje" Hulka deberá sentar la cabeza para trabajar en un importante bufete dentro de su departamento de "derecho superhumano" (sí, habéis leído bien). A partir de aquí entraremos a un camarote de los hermanos Marx al estilo Marvel con demasiadas curiosidades que comentar como para meter en un sólo post.
No se puede dejar de lado el apartado gráfico y más cuando se aprecia un cambio tan evidente en el mismo tomo. Dicen que no notas lo bueno que es algo hasta que lo pierdes y aquí podemos verlo. Los primeros números corren a cargo del argentino Juan Bobillo, antiguo colaborador de Carlos Trillo en obras como Sick Bird, Zachary Holmes o Yo no me llamo Wilson. Al finalizar el tomo te das cuenta de que cumple todo lo que se le puede pedir a un dibujante de comics: bonito, correcto narrador y sin afán de hacerse notar excesivamente, siempre al servicio de la historia. Todo esto se nota mucho más por contraste con su sustituto, Paul Pelletier, que no es un mal dibujante pero sale perdiendo por bastante comparándolo con Bobillo.
En resumen, un tebeo de superhéroes de los de toda la vida con algunas nuevas y buenas ideas contadas con habilidad. Divertimento en estado puro.
Por cierto, dos cosillas antes de terminar. Primera: hoy mismo se acaba de publicar otra reseña de este comic en ese magnífico blog (pese a cierto individuo de Orion) que es Es la Hora de las Tortas. Echadle un vistazo. Y segundo: ¿Alguna editorial se animará con Big Max, la serie que Slott realiza con Ty Templeton para Mr. Comics?
Hulka es uno de los mejores ejemplos de cómo hasta el más vacío de los conceptos iniciales se puede convertir en un gran personaje con la única ayuda de unas cuantas buenas ideas y autores que sepan manejarlas. Nació en los años setenta, en una época en que por varios motivos se pusieron de moda las versiones femeninas de algunos de los estandartes de la Casa de las Ideas. Con unos inicios casi hasta absurdos (como de manera bastante cachonda se encargar de recalcar en el tomo), hubo que esperar hasta que John Byrne la acogiera bajo su ala protectora y le diera algo de vida con alguna de esas genialidades con las que hace tiempo que no nos sorprende. A la marcha de Byrne, el personaje volvería a caer en picado... hasta ahora. Y todo por culpa de Dan Slott.
Dan Slott es una de esas revelaciones tardías. Con más de quince años de profesión, ha sido en el último par de años cuando se ha comenzado a hablar de él. Comenzó casi como encasillado en historias cortas para cabeceras como Marvel Comics Presents o distintos anuales y especiales de títulos como New Warriors, Punisher, X-Men o X-Force. Llegaría a hacer algunos números completos de What if? o Night Thrasher e incluso una miniserie de Doc Samson en 1996. Pero seguiría sin despegar del todo, con lo que hizo algo asó como cambiar de especialidad y orientó su carrera a las adaptaciones de series animadas como Mighty Mouse, Ren & Stimpy o Looney Tunes y finalmente Superman Adventures, Justice League Adventures o Batman Adventures, de cuyo trabajo hemos podido ver alguna muestra en España. Los números recopilados en Hulka: Mujer verde soltera... le darían una mejor posición entre el público y llegarían G.L.A, Spiderman/Antorcha Humana o La Cosa.
Hulka se presenta con un planteamiento sencillo, pero contundente. Se trata de historias cortas y sin grandes repercusiones, pero plagadas de guiños y buenas ideas. Hoy por hoy esto es un logro, algo así como ir a contracorriente: nada de decompressive storytelling, nada de grandes cliffhangers (sí, un comic sin spoilers) y unos cuantos de esos cariñosos homenajes tan de moda hace algunos años.
La descocada y "salvaje" Hulka deberá sentar la cabeza para trabajar en un importante bufete dentro de su departamento de "derecho superhumano" (sí, habéis leído bien). A partir de aquí entraremos a un camarote de los hermanos Marx al estilo Marvel con demasiadas curiosidades que comentar como para meter en un sólo post.
No se puede dejar de lado el apartado gráfico y más cuando se aprecia un cambio tan evidente en el mismo tomo. Dicen que no notas lo bueno que es algo hasta que lo pierdes y aquí podemos verlo. Los primeros números corren a cargo del argentino Juan Bobillo, antiguo colaborador de Carlos Trillo en obras como Sick Bird, Zachary Holmes o Yo no me llamo Wilson. Al finalizar el tomo te das cuenta de que cumple todo lo que se le puede pedir a un dibujante de comics: bonito, correcto narrador y sin afán de hacerse notar excesivamente, siempre al servicio de la historia. Todo esto se nota mucho más por contraste con su sustituto, Paul Pelletier, que no es un mal dibujante pero sale perdiendo por bastante comparándolo con Bobillo.
En resumen, un tebeo de superhéroes de los de toda la vida con algunas nuevas y buenas ideas contadas con habilidad. Divertimento en estado puro.
Por cierto, dos cosillas antes de terminar. Primera: hoy mismo se acaba de publicar otra reseña de este comic en ese magnífico blog (pese a cierto individuo de Orion) que es Es la Hora de las Tortas. Echadle un vistazo. Y segundo: ¿Alguna editorial se animará con Big Max, la serie que Slott realiza con Ty Templeton para Mr. Comics?
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